Por Federico G. RAYES (*)
14 de agosto de 2023
Muchos sorprendidos no quisieron ver venir los datos que hoy son realidad. No sólo es la economía altamente dañada, lo que hoy pone a Javier Milei potencialmente dentro del ballotage a la presidencia, como el candidato individual y la fuerza electoral más votados.
Javier Milei es un economista de 52 años que irrumpió en la política argentina con un discurso duro y contundente contra el despilfarro de la política, la economía planificada y la corroída institucionalidad. A pesar de una aparente falta de estructura y experiencia en la cosa pública para competir contra ‘la casta’, logró hacerse eco en lo profundo de gran parte de la sociedad argentina cansada del desorden en que se encuentra la República Argentina hace más de 10 años; con crecientes niveles de pobreza; aumento de la violencia en las calles y una sensación generalizada de una gran Nación que fuimos y que estamos lejos de volver a ser.
Con las primeras cartas sobre la mesa, el libertario da el batacazo en las PASO y muchos comienzan a darse cuenta de que un Milei presidente es una eventualidad cercana. Empiezan las especulaciones sobre esta posibilidad y sobre cómo podría cambiar la realidad de la Argentina; sobre si tendrá el espacio La Libertad Avanza la gobernabilidad necesaria para poder conducir los destinos de la República; si tendrá lo que hay que tener en estos tiempos de tanta urgencia.
Lo que no puede negarse en lo que se propone a hacer; sin dudas el candidato que más se ha explayado sobre sus intenciones y planes de gobierno. En caso de asumir, Milei y su equipo va a implementar una serie de políticas con el objeto de reestablecer un orden institucional y económico en el país, basado sobre las premisas del libre mercado y la competencia.
Llamativamente (o no tanto) el libertario triunfó también en Tierra del Fuego con más del 35% de la intención a voto para presidente, aún a pesar de sus reconocidas expresiones públicas donde indica que “el régimen es una estafa a los argentinos de bien”; se infiere aquí una sugerente situación. ¿Son acaso tantos los fueguinos que piensan igual?
Si Milei es Gobierno mucho podrá especularse sobre su rumbo político, pero nadie podrá dar por desconocido su plan económico: equilibrio fiscal con reducción del gasto público; rebaja de la presión impositiva; estabilidad monetaria, preminencia del mercado por sobre el estado, apertura de la economía hacia mercados de occidente, desregulación de mercados internos e incentivo a la libre competencia y a la competencia entre empresas.
Tierra del Fuego, y las demás provincias deberemos esperar austeridad en el ritmo de transferencias de fondos desde la Nación; y más que nunca propender a generar nuestros propios recursos. En relación con el subrégimen industrial el desafío será gigantesco. Desde ya no se esperan medidas a favor, tampoco serán directamente en contra. El subrégimen será paulatinamente sometido a la competencia y a la desregulación, posiblemente un escenario nunca visto desde su configuración primigenia.
“La economía, estúpido”, es una frase que se hizo muy popular en la política de Estados Unidos en la década del ‘90 para resaltar lo relevante de que la economía funcione bien para ganar una elección. En este caso no fue sólo la economía, fue también la corrupción público-privada, la inseguridad y la falta de institucionalidad generalizada. Como economista liberal austríaco, el libertario propone hacer foco en mejorar el funcionamiento de las instituciones públicas ejecutivas, legislativas, de justicia y también de mercado.
Nada está dicho aún, habrá que esperar a la segunda mano de esta partida el próximo 22 de octubre. Mientras tanto los guiños y señas pasan bajo la mesa, como siempre. Esta mano la ganó Milei, el voto en contra de políticas vetustas y una economía en continua crisis no se hizo esperar.
(*) Fueguino. Lic. en Economía (UBA), Mg. en Economía y Desarrollo Industrial (UNGS) y Diplomado en Economía Austríaca (ESEADE). Director de la consultora ECOTONO y profesor de economía en la UNTDF.